Nos vemos en la mañana...

  Día raro, me desperté y empece a notar en el aire, ese peso producido por pensamientos asincrónicos denegados en su interior. Me asome a la puerta, mire para ambos lados y entre otra vez. En mi segunda oportunidad, volví a mirar y le dije, "Vez, eso quiero para mi. Ni allá, ni acá... Solo eso..."
  Con miradas raras comprendí, que ya me había sobrepasado, y salí a dar unas vueltas...
  En el camino, sentí como una lluvia enfriaba mi conciencia y me torné algo malvado. Cuando llegué al precipicio volví a sentir calor y esa maldad se convertía en sonrisa, no en bondad, sino en algo que sabía que no podía detener, me sentí suelto, pero a la vez, aferrado a una realidad que yo no entendía, pero que comprendía muy bien...
  Con medio espacio me fui, y con la lluvia en las piernas, enrede esa satisfacción a lo largo del camino, para que no se tambaleara cuando camine otro. Al llegar al precipicio, otra vez empece a recobrarme, y me prometí una deuda sigilosa, tanto, que no se distinguía entre la niebla.
  Atados estamos todos, a un mundo sin razón y lógica, aunque este toda la teoría, pero nadie dijo donde había que aplicarla...

  Mi alma, esta formulada de preguntas sin fin, y respuestas sin principio...


Atte: Andrés...